miércoles, 27 de agosto de 2014

Literatura de terror: Leyendas


Aunque la literatura de terror tiene sus orígenes en esas narraciones orales de sucesos sobrenaturales, existen todavía otro  tipo de narraciones, entre ellas se pueden contar las leyendas, típicas de todas las regiones que recogen experiencias de personas y que se van transmitiendo de generación en generación.

Las leyendas son parte de la cultura tradicional de los pueblos y no se deben confundir con la creación de autor, aunque muchos autores toman como base todas estas historias.

La Cegua

La Cegua es un espectro popular que se aparece a los hombres que viajan en solitario por lugares desiertos les aparece una mujer muy bella. Particularmente, el varón debe ir en un medio de transporte, un caballo, comúnmente, aunque en relatos modernos se puede dar también en automóviles. Luego de que la víctima acepta llevar a la mujer, la cara de ésta se transforma en una calavera de caballo con la carne podrida, ojos fulgurantes, enormes dientes averiados y aliento con hedor a descomposición.


Lo que le ocurre a la víctima varía según las versiones. Se dice, por ejemplo, que ella los mata con un beso, o bien que estos mueren de terror, que escapan y quedan raquíticos, o que ella les muerde la mejilla para marcarlos como adúlteros o lujuriosos De cualquier manera, se consideraba a la Cegua uno de los espantos más aterradores con el que podían encontrarse.
LITERATURA POLICIAL



Si nos preguntamos por qué las historias policiales y sus investigadores son tan
famosos, la respuesta es sencilla: el misterio de un caso sin resolver siempre
nos atrapa porque desafía nuestra inteligencia. Esto sucede tanto en la
ficción como en la vida real.
Los delitos encierran misterios, porque quien los comete no quiere ser descubierto. Para
evitarlo, disimula y borra pruebas. Entonces aparecen los detectives y la gente común
quienes, con los datos que tienen, arman una especie de rompecabezas en el que, poco a
poco, las piezas van encajando.
El cuento policial es una narración breve. Los hechos que en él se relatan no son reales, sino
ficcionales, es decir, nacen de la imaginación del autor. El cuento suele tener pocos personajes
y una línea de acción única y concentrada.
En el caso del cuento policial, la trama gira en torno a un delito o crimen, y lo que se narra es
el proceso para resolverlos. Edgar Allan Poe (1809 – 1849), afirmaba que, para hacer un
cuento policial, se necesitaban los siguientes elementos:

• el delito debe presentarse como un enigma, es decir, un misterio que parece no tener
explicación;
• todas las pistas conducen a un sospechoso, que muchas veces termina siendo
inocente;
• la policía no puede resolver el caso, y será un detective u otra persona con ingenio y
sagacidad la que llegue a la solución gracias a su capacidad de observación y
deducción; y
• en el final, se aclara el misterio de manera inesperada.
                                                                                                               

La huella roja
Un día el profesor William Eston tocó la puerta de mi casa, yo abrí y lo invité a pasar. Él
me contó que en su escuela se habían robado las respuestas de un examen. Yo acepté
investigar el delito y me dirigí hacía la escuela.
En la escuela todo estaba muy silencioso, el profesor me llevó hacia su oficina donde
se habían robado las respuestas. Éstas habían aparecido debajo del banco de la estudiante
Cisne (le decían cisne por su piel blanca). Ella negaba todo, decía que jamás había robado las
respuestas. El profesor le creía porque era muy buena estudiante. Yo investigué el lugar del
crimen y observé una huella de zapatilla color roja. Le pregunté al profesor cuántos
estudiantes estudiaban en esta escuela, él me respondió que eran seis estudiantes: Patricio,
apodado Pato; Carla, Julieta, Tomás, Carlos y Florencia.
Cuando los estudiantes estaban en clase entré a sus habitaciones, observando y
deduciendo logré descifrar el misterio.
Me dirigí hacia la oficina donde se encontraba
William Eston y le dije:
-He resuelto el misterio. Las huellas venían de las
zapatillas de Pato que al estar pintadas a mano y pisar
con fuerza, la pintura se sale y deja una huella única de
color rojo.
-¿Y cómo entró a mi oficina si la puerta estaba cerrada?
-Él sabe que siempre usted deja una llave de repuesto debajo de la alfombra de la
puerta de su oficina.
-Gracias por resolver el misterio, se lo agradezco mucho.


-No fue nada.

lunes, 25 de agosto de 2014

Isabel Allende


 Isabel Allende es una escritora y periodista chilena residente en Estados Unidos. Allende es una de las escritoras en lengua española más leída de todos los tiempos y ha publicado tanto novela como cuentos infantiles o teatro, cabe destacar que Obtuvo el premio Nacional de literatura de su país en el 2010. Su lenguaje es sencillo de comprender ya que es muy claro y con un marcado acento feminista. A lo largo de su carrera Isabel ha vendido millones de copias de sus libros. Y entre todas sus obras unas de las que se destacan es La casa de los espíritus y Inés del alma mía. Sus obras han sido traducidas a varios idiomas. 
Aquí mostramos una recopilación de sus obras: 
El embajador (1971)
La balada del medio pelo (1973)La casa de los siete espejos (1975)La casa de los espíritus (1982)La gorda de porcelana (1984)De amor y de sombra (1984)Eva Luna (1987)Cuentos de Eva Luna (1989)El plan infinito (1991)Paula (1994)Afrodita (1997)Hija de la fortuna (1999)Retrato en sepia (2000)La ciudad de las bestias (2002)Mi país inventado (2003)El reino del dragón de oro (2003)El bosque de los pigmeos (2004)El Zorro (2005)Inés del alma mía (2006)La suma de los días (2007)La isla bajo el mar (2009) El cuaderno de Maya (2011)


La casa de los espíritus, primera novela de Isabel Allende, narra cuatro generaciones de la familia de los Trueba, especialmente centrada en Clara, una mujer distraída con dotes de clarividente.Los Trueba una poderosa familia de terratenientes latinoamericanos. El patriarca Esteban Trueba ha construido con mano de hierro, un imperio privado que empieza a tambalearse a raíz del paso del tiempo y de un entorno social explosivo. Lo que ocasiona que la decadencia personal del patriarca arrastre a los Trueba a una dolora desintegración. Ademas de que esta novela sigue los movimientos sociales y políticos del periodo pos colonial de Chile.  
Esta novela se encuentra dentro del realismo mágico, ya que la novela incorpora cosas inverosímiles y extrañas a lo ordinario. Esta narrada desde la perspectiva de dos de sus protagonistas, y algunas cosas que se encuentran en esta novela es el amor, la familia, muerte, fantasmas, clases sociales, revolución política, ideales y lo maravilloso. 


Referencias 
www.lecturalia.com 
www.isabelallende.com 

jueves, 21 de agosto de 2014

Literatura de terror

¿Qué es la literatura de terror?

La literatura de terror, también conocida como gótica, tiene como elementos esenciales y característicos la aparición de seres sobrenaturales. Existen muchos autores que han incursionado en este género añadiendo a la tradición literaria nuevos elementos, estructuras, formas y temas que convergen en un solo camino: el terror. Otra característica esencial es que infunden el miedo psicológico entre sus lectores.


El Exorcista - William Peter Blatty

El Exorcista es una novela de terror escrita por William Peter Blatty. Se basa en un exorcismo efectuado en 1949, y del que Blatty oyó hablar en 1950, cuando recibía clases en la Universidad de Georgetown, un centro dirigido por sacerdotes jesuitas.


El exorcismo fue parcialmente realizado en Mount Rainier, Maryland1 y Bel-Nor, Misuri.2 Varios periódicos locales informaron del sermón que un sacerdote dio a un grupo de aficionados en parapsicología, y en el que éste afirmaba haber realizado un exorcismo sobre un joven de 13 años llamado Robbie Mannheim, tras un largo proceso que llevó más de seis semanas antes de de terminar el 19 de abril de 1949.
El Padre Lankester Merrin es un un anciano sacerdote jesuita estudioso de las antigüedades que dirige una excavación arqueológica en el norte de Irak. Tras el hallazgo de una arcaica figurilla del diablo Pazuzu (un semidios Sumerio- y una moderna medalla de San Cristóbal yuxtapuestas en el mismo lugar, una serie de siniestros presagios le hacen intuir un inminente enfrentamiento con fuerzas malignas que, como el lector sabrá más adelante, el sacerdote lleva tiempo combatiendo mediante exorcismos en todo África. Entretando, en Georgetown (Washington D.C.), una joven llamada Regan MacNeil que vive con su madre -una actriz famosa- contrae una repentina y desconocida enfermedad. Tras una serie de fenómenos paranormales, la hija atraviesa una serie de terribles cambios físicos y mentales que hacen sospechar que está poseída por un espíritu diabólico. Tras diversos e infructuosos tratamientos médicos y psiquiátricos, la madre de Regan acude a un sacerdote jesuita local en busca de ayuda. El Padre Damien Karras, que atraviesa en ese momento una crisis de fe causada por la muerte de su madre, acepta visitar a Regan como psiquiatra, pero inicialmente se niega a admitir la posibilidad de una posesión diabólica. Tras nuevas visitas a la niña, que ahora está completamente dominada por su "espíritu" diabólico, el Padre decide solicitar del obispo el permiso para efectuar un exorcismo sobre la chica. Tras consultas protocolarias con el responsable de los jesuitas en Georgetown, el obispo designa como exorcista al más experimentado Lankester Merrin, que ha regresado recientemente de Irak. Karras, aún tomado por la duda, será su asistente. El prolongado exorcismo pone a prueba a los sacerdotes, tanto física como mentalmente. Tras la muerte de Merrin, la tarea queda en manos de Karras quien, recuperada su fe, logra salvar la vida de Regan a cambio de la suya propia. Luego en base al libro se lanzó la película "El Exorcista" en 1973 creada por el director estadounidense William Friedkin, que fue uno de los grandes éxitos del cine en aquel tiempo. Algunos de los actores luego de terminar  de filmar la película sufrieron cosas terribles, algunos hasta la muerte encontraron.  


Referencia:

Google Books/ El Exorcista - William Peter Blatty